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ORACION

ay tanto que hacer y cada quien tiene su propia tarea en la gesta de nuestro tiempo. Madre Santísima, intercede para que yo reciba la fuerza y el aliciente para cooperar con la gran tarea de cambiar este mundo nuestro poniendo mi grano de arena, que bien podría hacer la diferencia. Amén

viernes, 24 de enero de 2014

Nuestra Señora de los Desamparados

Nuestra Señora de los Desamparados


Fue en la mañana del primer domingo de Cuaresma de 1409, cuando se dirigía a predicar en la homilía de la Misa mayor en la Catedral de Valencia, el religioso de la orden mercedaria, Fray Juan Gilabert Jofré, coetáneo y amigo de San Vicente Ferrer, observó, durante el trayecto, que un grupo de muchachos maltrataba cruelmente a un pobre loco. Intervino el buen fraile en socorro del desgraciado y tras detener y reprender a los jóvenes, prosiguió su camino vivamente impresionado por el suceso.
Tanto fue así que modificó el contenido de su sermón, incluyendo en él una emotiva llamada a la caridad y a favor de los "inocentes" que abandonados a su miseria por las calles, eran sujeto de toda clase de abusos y, asimismo, proteger a los ciudadanos de sus inconscientes acciones.
No cayeron en vacío sus palabras pues sus encendidas razones calaron en el ánimo de los presentes, entre los cuales se encontraba un mercader llamado Lorenzo Salom, que se erigió en principal valedor y promotor efectivo de la idea, de tal manera que diecinueve días después el Consejo General de la Ciudad estudiaba la iniciativa y dos meses y medio más tarde comenzaban las obras de un hospital con esta finalidad. El documento de su fundación, firmado por el rey Martín V el Humano, el 15 de marzo de 1410, establece, y en esto radica la originalidad de la propuesta, que a la atención humanitaria dispensada a los allí acogidos, se les proporcionara además asistencia médica, lo cual significaba, cultural y científicamente, la fundación del primer hospital psiquiátrico del mundo. La institución recibió el nombre en valenciano de "Hospital dels Ignocens, Folls e Orats" que, según la moderna psiquiatría, corresponde a "oligofrénico, psicósico y demenciados".
En principio, el Papa Benedicto XIII dio por titulares y patronos del nuevo hospital a los Santos Inocentes Mártires, por ser los únicos santos a quien la iglesia tributa culto sin haber alcanzado el uso de razón en su breve vida mortal. Sin embargo, llevado por el fervor de su espíritu mariano, el pueblo valenciano empezó a tomar la costumbre de denominar al nuevo hospital con el nombre de "Nostra Dona Sancta Maria dels Innocens", es decir, Nuestra Señora de los Inocentes. Tal fue el arraigo que alcanzó el nombre que el propio pontífice aceptó el nombre en el privilegio de fundación de una Cofradía. De este curioso modo nació una advocación de la Virgen antes que su imagen representativa.
La citada Cofradía o hermandad surgió con la idea de apoyar al Hospital con mayores recursos materiales y humanos. Sus miembros se propusieron practicar las mismas obras de misericordia del hospital y además, asistir al entierro de los dementes y cofrades, sufragar gastos del Hospital y de actos religiosos. El celo y entusiasmo de esta Cofradía pronto quiso ampliar el campo de sus asistencias más allá del Hospital y, así, se establece entre sus normas la ayuda a los condenados a muerte, proporcionándoles consuelo espiritual y cristiana sepultura, también se establecieron socorros y ayudas para los propios cofrades en caso de enfermedades, viudedad o defunción. Pronto empezó a atender a náufragos, desamparados y prostitutas por expresa gracia de Doña María de Castilla, esposa de Alfonso el Magnánimo, Rey de la Corona de Aragón.
La Cofradía alcanzó gran expansión, creándose otro hospital donde tenían acogida y eran atendidos toda clase de marginados. Se estipularon ayudas para dotes de huérfanas, para los encarcelados y necesitados, para los expósitos, y cantidades destinadas al pago de rescate de cautivos en tierras de infieles.
En este contexto, se vio la necesidad de proporcionar una nueva imagen de la Virgen para representar el patrocinio sobre los dementes del Hospital y la piadosa Cofradía, por lo que, sin pretenderse, había surgido una nueva advocación la Santísima Virgen destinada a tener un alcance universal. Por decreto del Rey Fernando el Católico firmado en Barcelona el 3 de junio de 1493, la advocación recibió el título de Nuestra Señora de los Inocentes y de los Desamparados.
La imagen, que se diseñó en tamaño natural y con dorso plano con el propósito de poderse acomodar sobre el féretro de los cofrades fallecidos en posición yacente, aunque en fiestas y solemnidades aparecía en posición vertical y con un manto de sedas, origen del actual, para disimular esta circunstancia. En un principio la imagen se guardaba y veneraba en casa del Clavario de la Cofradía, pero tras doscientos años de pervivencia de esta costumbre, y ante los graves inconvenientes que ello presentaba, se destinó una pequeña capilla en la Plaza de la Seo, lugar donde se alzó más tarde, en 1652, la actual Basílica menor, dignidad otorgada por el Papa Pío XII, mediante la que se reconocía, más que su valor artístico, su valor espirtitual como centro y símbolo de la devoción mariana de Valencia y aliento de innumerables obras de misericordia. Ya en pleno siglo XX el Papa Juan XXIII, declara "... a la BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA bajo el título de NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS, Celestial PATRONA PRINCIPAL ante Dios DE TODA LA REGIÓN VALENCIANA..."
La onomástica de las "Amparos" se celebra el 8 de Mayo, aunque en la ciudad de Valencia se celebra con grandes solemnidades y festejos el segundo domingo de ese mes. La devoción a esta advocación de la Virgen ha llegado hasta L'Alguer (Sicilia), Manila (Filipinas), Iglesia de Santa Ana, Buenos Aires (Argentina) Basílica de San Nicolás; una población de Costa Rica lleva el nombre de "Desamparados"; también en Llobasco (El Salvador), varias poblaciones de Guatemala, Nicaragua y Venezuela; Méjico conserva vestigios en Puebla y le han dedicado la "Ciudad de los Muchachos" y la fructífera obra del Padre Álvarez en Monterrey. Asimismo, se le reza en diversas misiones de la India y África.

Oración
Mi Señor Jesucristo, acordaos de mí que soy pecador. Virgen Santísima, rogad por mi, siempre seáis alabada y bendita. Rogad por este pecador a vuestro amado hijo, preciosa hermosura de los ángeles, de los profetas, de los patriarcas, corona de las vírgenes, libradme de aquella espantosa figura cuando mi alma saliere de mi cuerpo. ¡Oh Santísima fuente de piedad y hermosura, alegría de la gloria, consuelo del cielo, remedio de los trabajos!  Con vos, Virgen prudentísima, se alegran los ángeles. Encomendad mi alma y la de todos los fieles cristianos, rogad por nosotros a vuestro bendito Hijo y conducidnos al paraíso eterno, en donde reináis y vivís para siempre; y allí os alabaremos eternamente. Amén Jesús.



BASÍLICA NUESTRA
SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS
Desde junio de 2008 la Parroquia Nuestra Señora de los Desamparados es Basílica Menor. La proclamación, lograda después de gestiones de toda la comunidad parroquial, es un honor y una dignidad que refuerza la comunión de esta iglesia con la cátedra de Pedro. Qué significa el título de basílica y los orígenes de este templo en San Juan son los temas de este trabajo.
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El 29 de junio de 2008, a 260 años de su fundación, la Parroquia Nuestra Señora de los Desamparados fue proclamada, durante la fiesta de San Pedro y San Pablo, por el Papa Benedicto XVI como Basílica Menor.

El templo ostentó durante 160 años la categoría de Parroquia. El cambio no fue una mera formalidad, sino que implicó un reconocimiento histórico, arquitectónico y religioso. Desamparados se convirtió así en el primer centro de la Iglesia Católica en San Juan capaz de impartir indulgencias plenarias y sacramentos especiales.

Para recibir este honor la Parroquia debió cumplir con diversos requisitos pedidos por la Santa Sede como la dedicación del templo desde 1997, por la belleza litúrgica de su interior y por la veneracióna santos como Santa María Goretti y Josemaría Escrivá, cuyas reliquias se encuentran en el templo.

Una historia de evangelización
Otro de los requisitos cumplidos por Nuestra Señora de los Desamparados fue su larga y rica historia en la evangelización en San Juan.
La devoción a la Santísima Virgen de los Desamparados en la comunidad sanjuanina se remonta al siglo XVIII y fue introducida por los sacerdotes de la Compañía de Jesús que llegaron desde Chile.
Fue en 1748 aproximadamente cuando se levantó una capilla en el paraje de Puyuta en honor a Nuestra Señora de los Desamparados. En ese momento se dependía eclesiásticamente de la jurisdicción del Obispado de Santiago de Chile, siendo su obispo el doctor González Melgarejo.
El 27 de marzo de 1767 el Rey Carlos III de España firmó el decreto que ordenaba la expulsión de los jesuitas de España y América. El 22 de septiembre se hizo el inventario de lo que en esos momentos poseía la hacienda y Capilla de Puyuta, a cargo en ese momento de P. Pedro Morales (dicho documento todavía se conserva en el Archivo Parroquial de la ahora Basílica). A través del tiempo fueron sacerdotes de otras órdenes, especialmente los agustinos, quienes continuaron sosteniendo espiritualmente a los feligreses de los Desamparados.
La Diócesis de San Juan de Cuyo fue creada por Bula del Papa Gregorio XVI el 19 de septiembre de 1834. El 28 de julio de 1847 el Obispo Monseñor José Manuel Eufrasio de Quiroga Sarmiento erige canónicamente la Parroquia Nuestra Señora de los Desamparados, en el mismo solar en el que se veneraba la Imagen de la Virgen desde hacía 100 años. Por entonces la extensión de la Parroquia llegaba al Oeste hasta el límite con Chile comprendiendo gran parte de los actuales departamentos Capital, Rivadavia, Rawson, Zonda, Ullum, Calingasta y parte de Chimbas.
La primera iglesia parroquial, que reemplazó la construida por los jesuitas, fue levantada a poco de su creación, era de estilo romano y tenía 580 metros cuadrados. Durante la celebración del Nacimiento del Divino Redentor, el  25 de diciembre de 1917, fue devastada por un incendio. Rápidamente los vecinos se organizaron y en tiempo récord, tan sólo dos años, construyeron un nuevo templo el cual fue consagrado en febrero de 1919.
Una nueva calamidad tocó esta vez no sólo las puertas de esta parroquia sino de toda la provincia cuando el 15 de enero de 1944 un terremoto destruyó toda la ciudad. Ante esto se construyó una iglesia de emergencia y poco tiempo después se llamó concurso para la reconstrucción del templo, resultando ganador el arquitecto Ernesto Puppo, quien en esos momentos se desempeñaba como perito en la materia en la Santa Sede.
El 17 de diciembre de 1958 se celebró por primera vez la Sagrada Eucaristía en el nuevo templo, aún sin terminar.  Y recién en 1962 pudo comenzar a utilizarse para celebraciones litúrgicas.

Condiciones para la obtención
del título de basílica menor
1- La iglesia a la que se le propone el título de basílica debe estar dedicada a Dios mediante un rito litúrgico y debe destacarse como centro activo de liturgia pastoral, especialmente a través de las celebraciones de la Santísima Eucaristía, penitencia y de los otros sacramentos. Dichas celebraciones deben ser ejemplo para otros por su preparación y realización según normas litúrgicas y por una participación activa del pueblo de Dios.

2- Para asegurar la posibilidad de llevar a cabo celebraciones verdaderamente dignas y ejemplares, dicha iglesia debe tener un tamaño adecuado y un presbiterio lo suficientemente grande. 
Los diversos elementos necesarios para la celebración litúrgica (altar, ambo [atril], sillón del celebrante /sede) deben ser colocados de acuerdo a las exigencias de la liturgia.

3- La iglesia debe gozar de un cierto renombre en toda la diócesis. Haber sido dedicada a Dios en ocasión de algún evento histórico-religioso en particular, porque el cuerpo o reliquias de algún santo se reservan en ella, porque se venera alguna imagen sagrada en forma especial.  El valor histórico o la importancia de la iglesia y el valor de su arte también se tienen en cuenta.

4- De esta manera y a medida que avanza el año litúrgico, las celebraciones de los diversos tiempos deben realizarse en una manera digna de elogio y para ello es necesario un número adecuado de sacerdotes, los cuales han de ser asignados al cuidado litúrgico y pastoral de la iglesia, sobre todo para la celebración de la Eucaristía y la penitencia (también debe haber un número adecuado de confesores disponibles en horarios establecidos).

DiferenciasEntre las iglesias de cualquier diócesis, la Iglesia Catedral ocupa el primer lugar y posee la máxima dignidad. En ella se encuentra la cátedra del Obispo, signo de la autoridad educativa como pastor de la diócesis y signo de comunión con la cátedra Romana de Pedro. Luego se encuentran las iglesias parroquiales, que son asiento de las diversas comunidades y dividen pastoralmente el territorio de la diócesis. Hay también santuarios dedicados al culto en especial de una advocación mariana o algún santo. 

Qué es una basílica
El término basílica proviene del latín basílica que a su vez deriva del griego βασιλικ? (fonéticamente, basiliké) que significa regia o real (fem.), y viene a ser una elipsis de la expresión completa βασιλικ?  οικ?α (basiliké oikía) que quiere decir «casa real». Una basílica es un suntuoso edificio público que en Grecia y Roma solía destinarse a tribunal y que en las ciudades romanas ocupaba un lugar preferente en el foro.
Más adelante los cristianos aprovecharon la forma basilical y, en muchos casos los propios edificios romanos, para utilizarlos como templo y en este sentido se utiliza hoy la denominación, tanto desde el punto de vista arquitectónico, como religioso.

La basílica cristiana
Tras el edicto de Milán de 313 promulgado por Constantino el Grande (313–337) el Imperio Romano acepta oficialmente la religión cristiana. A partir de entonces los cristianos utilizan la tipología arquitectónica basilical para la construcción de los nuevos templos. Se entiende por basílica cristiana propiamente dicha en sentido arquitectónico toda planta rectangular con uno o más ábsides en el testero y con naves a lo largo determinadas por columnas (o pilastras), sobre las cuales se apoyan sus correspondientes arcos o arquitrabes de tipo romano. Las referidas naves (tres por lo común) terminan en el ábside. En el ábside se coloca el altar y en torno a él se disponen los oficiantes. Delante, en el presbiterio, se sitúan los presbíteros, mientras que los fieles ocupan el resto de la nave o naves. En las iglesias de planta basilical no existe transepto y, por tanto, tampoco crucero. Aunque inicialmente los templos cristianos seguían las pautas constructivas de las basílicas, pronto dieron paso a otras formas, como la planta de cruz latina o la de cruz griega, que se generalizaron sin que por ello desapareciera la forma basilical.

La basílica litúrgica
Con independencia de su trazado arquitectónico, una iglesia puede titularse «Basílica» por prerrogativa del Papa. Así, en sentido litúrgico, son basílicas todas aquellas iglesias que, por su importancia, por sus circunstancias históricas, o por aspectos de cierto relieve, obtengan ese privilegio papal.
Cuando el papa eleva a una iglesia a la condición de Basílica Menor le otorga el derecho a lucir en el altar mayor dos signos de la dignidad papal y la unión con la Santa Sede: el conopeo y el tintinábulo.


La posibilidad de 
brindar indulgencias plenarias

Ser Basílica es un honor que implica un vínculo particular y especial con la Iglesia Romana y el Sumo Pontífice, y es en virtud de esta alianza el poder recibir en este “lugar santo” Indulgencias Plenarias, las cuales son la mayor riqueza espiritual que se le concede al pueblo fiel.

Qué es la indulgencia
La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos. Esta indulgencia puede ser parcial o plenaria según libere de la pena  temporal debida por los pecados en parte o totalmente.
Las indulgencias se obtienen por la Iglesia que, en virtud del poder de atar y desatar que le fue concedido por Cristo Jesús, interviene en favor de un cristiano y le abre el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos para obtener del Padre de la misericordia la remisión de las penas temporales debidas por sus pecados. Por eso la Iglesia no quiere solamente acudir en ayuda de este cristiano, sino también impulsarlo a hacer obras de piedad, de penitencia y de caridad
La pregunta entonces es Si Dios perdona los pecados ¿para qué es necesario ganar indulgencias?

El perdón del pecado y la restauración de la comunión con Dios entrañan la remisión de las penas eternas del pecado. Pero las penas temporales del pecado permanecen. El cristiano debe esforzarse, soportando pacientemente los sufrimientos y las pruebas de toda clase y, llegado el día, enfrentándose serenamente con la muerte, por aceptar como una gracia estas penas temporales del pecado; debe aplicarse, tanto mediante las obras de misericordia y de caridad, como mediante la oración y las distintas prácticas de penitencia, a despojarse completamente del “hombre viejo” y a revestirse del “hombre nuevo”
Para poder beneficiarse de las indulgencias es necesario estar bautizado, no excomulgado y en estado de gracia por lo menos al final de las obras prescritas para ganar la indulgencia.
Para que el sujeto que reúne estas condiciones se beneficie, debe tener intención aunque sea general, de ganarlas y de cumplir las obras prescritas dentro del tiempo establecido y en la forma debida.
Para ganar una indulgencia plenaria, además de querer evitar cualquier pecado mortal o venial, hace falta rezar o hacer la obra que incorpora la indulgencia cumpliendo tres condiciones:
 Confesión sacramental
 Comunión Eucarística
 Oración por las intenciones del Papa

Con una sola confesión sacramental puede ganarse varias indulgencias plenarias; en cambio, con una sola comunión eucarística y una sola oración por las intenciones del Papa sólo se gana una indulgencia plenaria. Las tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de rezar o hacer la obra que incorpora la indulgencia, pero es conveniente que la comunión y la oración por las intenciones del Papa se realicen el mismo día.
La condición de orar por las intenciones del Papa se cumple si se reza a su intención un solo Padrenuestro y un Avemaría; pero se concede a cada fiel la facultad de orar con cualquier fórmula, según su piedad y devoción.
La indulgencia plenaria únicamente puede ganarse una vez al día, pero el fiel cristiano puede alcanzar indulgencia plenaria in artículo mortis, aunque el mismo día haya ganado otra indulgencia plenaria.
La indulgencia parcial puede ganarse varias veces al día, a no ser que expresamente se establezca lo contrario.
La obra indicada para obtener la indulgencia plenaria aneja a una iglesia u oratorio consiste en la visita piadosa de este lugar, rezando el Padrenuestro y el Credo, a no ser que en algún caso especial se establezcan otras condiciones.

Indulgencias
Los fieles que devotamente visiten la Basílica y que, dentro de ella, participen en cualquier rito sagrado o, al menos, recen el Padrenuestro y el Credo, podrán obtener una Indulgencia Plenaria bajo las condiciones habituales: Confesión Sacramental, Comunión Eucarística y Oración por el Sumo Pontífice.

La ceremonia
El Papa Benedicto XVI decidió la consagración de este templo y la concretó a través de su embajador en Argentina, el Nuncio Apostólico, Monseñor Adriano Bernardini.
La ceremonia tuvo lugar el domingo 29 de junio de 2008, día de San Pedro y San Pablo, en el templo ubicado entre avenida Libertador y calle Santa María de Oro. Allí se reunieron unas 3.000 personas. Estuvo presente el obispo de San Juan, Monseñor Alfonso Delgado, el párroco Augusto Recabarren, y las máximas autoridades provinciales.  El gobernador José Luis Gioja y el intendente de Rivadavia, Elías Alvarez, ayudaron a descubrir dos escudos, uno pontificio en la fachada del templo, y otro papal, en el interior del edificio. También se estrenaron las refacciones en el frente y en el altar, que fueron requisitos básicos para acceder al grado de basílica.
Augusto Recabarren, párroco de la Basílica Menor de Nuestra Señora de los Desamparados desde el 18 de febrero de 2008 aseguró en la oportunidad que el nuevo rango en la Iglesia Católica implica “una relación más estrecha con la gracia de Dios”.
templo nuestra señora de los desamparados
El viejo templo de Nuestra Señora
de los Desamparados, antes del
incendio de 1917
Templo nuestra señora de los Desamparados
El nuevo templo de la Parroquia de Desamparados consagrado en 1919
Nuestra Señora de los Desamparados
Puerta del antiguo templo, realizada en cedro de 2,5 pulgadas y tallada a mano con motivos religiosos. Fue parte de la primera iglesia del Barrio Puyuta. Es un elemento de gran valor histórico, ya que sobrevivió al terremoto de 1944
Templo Nuestra Señora de los Desamparados
Grupo escultórico del calvario. Está realizado en madera policromada y fue traído de un taller de Barcelona, España. Fue bendecida el 17 de enero de 1915 por el Siervo de Dios, José Américo Orzali.
Templo Nuestra Señora de los Desamparados
Retablo del Sagrado Corazón de Jesús, realizado con los ladrillos del templo de 1919 y destruido en 1944. La imagen del Sagrado Corazón fue bendecida por Mons. Audino Rodríguez y Olmos el 21 de junio de 1963. Está rodeada por motivos cusqueños realizados por Jesús Cuba Pozo
Templo Nuestra Señora de los Desamparados
El interior del templo en 2008: posee tres naves separadas por columnas. Desde su fundación, la Parroquia ha contado con tres edificios siempre ubicados frente a la Plaza de Desamparados. El primero fue de estilo basilical romano. El segundo de estilo neogótico y el actual, obra del Arq. Ernesto Puppo, es una adaptación del estilo románico.
Templo Nuestra Señora de los Desamparados
Vista general de la cripta
La Cripta es Capilla del Perpetuo Sufragio; en ella hay placas de travertino con inscripciones de los nombres de cófrades de la Virgen y de fieles devotos, por los que todos los días 13, a perpetuidad, se ofrece la Santa Misa en honor a la Virgen.
Templo Nuestra Señora de los Desamparados
Junto al baptisterio se encuentra un magnífico óleo en el se representa el bautismo de Nuestro Señor Jesucristo (Marcos 1, 9-11). El piso es de placas de travertino y mármol rojo alicante, combinado con mármol verde green valley, importado de la India.
Templo Nuestra Señora de los Desamparados
Frontispicio con la imagen de la Virgen. En el frontispicio del templo, sobre el atrio, se halla una imponente talla de travertino que representa a Nuestra Señora con una multitud de desamparados bajo su protección. Esta obra fue realizada por Miguel Angel Sugo.
Virgen Nuestra Señora de los Desamparados
La devoción a María, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Desamparados, se inició en Valencia en el Siglo XV y fue conocida en San Juan gracias a los jesuitas a mediados del Siglo XVIII. En 1847 fue erigida la parroquia.
Templo Nuestra Señora de los Desamparados
Gran cantidad de fieles se dieron cita en la Parroquia de Desamparados, donde el nuncio apostólico en Argentina Mons. Adriano Bernardini, presidió la celebración, acompañado del arzobispo de San Juan Mons. Alfonso Delgado y sacerdotes de la diócesis.
Basílica Nuestra Señora de los Desamparados
La foto muestra a Monseñor Alfonso Delgado, haciendo uso de la palabra, a su derecha el nuncio apostólico en Argentina, Monseñor Adriano Bernardini y al vicario de la diócesis, Román Becerra.
basilica nuestra señora de los desamparados
El gobernador José Luis Gioja y el intendente de Rivadavia, Elías Alvarez, descubrieron una placa conmemorativa en el interior del templo, junto al nuncio apostólico en Argentina, Monseñor Adriano Bernardini y monseñor Alfonso Delgado.
nuncio apostolico en la argentina y monseñor alfonso delgado
El obispo de San Juan, Monseñor Alfonso Delgado detrás del Nuncio Apostólico, Adriano Bernardini, durante la consagración de la Basílica de Desamparados

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