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ORACION

ay tanto que hacer y cada quien tiene su propia tarea en la gesta de nuestro tiempo. Madre Santísima, intercede para que yo reciba la fuerza y el aliciente para cooperar con la gran tarea de cambiar este mundo nuestro poniendo mi grano de arena, que bien podría hacer la diferencia. Amén

domingo, 19 de enero de 2014

LECTURA DIARIA,Domingo 19 de Enero de 2014


Segundo Domingo del tiempo ordinario


Libro de Isaías 49,3.5-6. 
El me dijo: "Tú eres mi Servidor, Israel, por ti yo me glorificaré". 
Y ahora, ha hablado el Señor, el que me formó desde el seno materno para que yo sea su Servidor, para hacer que Jacob vuelva a él y se le reúna Israel. Yo soy valioso a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza. 
El dice: "Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra". 


Salmo 40(39),2.4.7-8.9.10. 
Esperaba, esperaba al Señor, 
él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor,
Puso en mi boca un cántico nuevo, 
de alabanza a nuestro Dios. 
Muchos al verlo temerán y 
pondrán su confianza en el Señor.

No quisiste sacrificios ni ofrendas 
—lo dijiste y penetró en mis oídos— 
no pediste holocaustos ni víctimas.

Entonces dije: 
«Aquí estoy, de mi está escrito en el rollo del Libro.
He elegido, mi Dios, hacer tu voluntad, 
y tu Ley está en el fondo de mi ser».

Publiqué tu camino en la gran asamblea, 
no me callé, Señor, tú bien lo sabes.


Carta I de San Pablo a los Corintios 1,1-3. 
Pablo, llamado a ser Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, 
saludan a la Iglesia de Dios que reside en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, junto con todos aquellos que en cualquier parte invocan el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, Señor de ellos y nuestro. 
Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. 


Evangelio según San Juan 1,29-34. 
Al día siguiente, Juan vio acercarse a Jesús y dijo: "Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 
A él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo. 
Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que él fuera manifestado a Israel". 
Y Juan dio este testimonio: "He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre él. 
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: 'Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo'. 
Yo lo he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios". 

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